Religiosos latinoamericanos instan a renovar las estructuras de la Iglesia

Bogotá acogió el IV Congreso Latinoamericano y Caribeño de Vida Religiosa de la CLAR

Los participantes del IV Congreso de Vida Religiosa en Latinoamericano y el Caribe se reunieron en grupos pequeños el 24 de noviembre de 2023 en el campus de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia, para hablar sobre sus experiencias en la vida consagrada. Si bien dialogaron en gran medida al estilo practicado en el Sínodo sobre la Sinodalidad de octubre en el Vaticano, algunos dijeron que es un estilo que las comunidades religiosas han utilizado durante mucho tiempo. (Foto: GSR/ Rhina Guidos)

Los participantes del IV Congreso de Vida Religiosa en Latinoamericano y el Caribe se reunieron en grupos pequeños el 24 de noviembre de 2023 en el campus de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia, para hablar sobre sus experiencias en la vida consagrada. Si bien dialogaron en gran medida al estilo practicado en el Sínodo sobre la Sinodalidad de octubre en el Vaticano, algunos dijeron que es un estilo que las comunidades religiosas han utilizado durante mucho tiempo. (Foto: GSR/ Rhina Guidos)

El cambio —ya sea en estructuras, pensamiento o prácticas— parecía estar muy en la mente de religiosas y religiosos que participaron en el IV Congreso Latinoamericano y Caribeño de Vida Religiosa en Bogotá, la capital de Colombia, del 24 al 26 de noviembre. Los más de 500 miembros que asistieron en persona y alrededor de 3000 miembros que participaron en línea contemplaron los cambios que está atravesando la vida consagrada a medida que las vocaciones y las comunidades religiosas disminuyen. Pero también optaron por acoplarse a cambios que pudieran suscitar un nuevo tipo de vida consagrada y dejarse sorprender por el Espíritu.

"Necesitamos revisar si esas estructuras, si nuestras estructuras de vida comunitaria, hoy funcionan o no", expresó el padre pasionista Tarcisio Gaitán a los asistentes de este encuentro organizado por la

Confederación Latinoamericana y Caribeña de Religiosos, conocida por su acrónimo como CLAR.

El evento, que se llevó a cabo en la Universidad La Salle de Bogotá, instó a los participantes a construir una forma de vida como "artesanos del cuidado" para ellos mismos, sus comunidades religiosas y aquellos a quienes sirven.

Gran parte de la reunión estaba en sintonía el Sínodo sobre la Sinodalidad de octubre, desarrollado en el Vaticano, al que asistieron varios miembros de la CLAR, la organización más grande de religiosas y religiosos de América Latina. Una de ellas fue la hermana Liliana Franco Echeverri, su presidenta, y una de las más de 50 mujeres de todo el mundo que participaron por primera vez en un sínodo.

"La sinodalidad es una manera de ser, de hacer, de celebrar nuestra identidad en la Iglesia… y una que se actualiza cada día… cuando nos preparamos para compartir, discernir y tomar decisiones como hermanos y hermanas", manifestó Franco, integrante de la Compañía de María.

Miembros de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) posan para una foto de grupo, el 26 de noviembre de 2023, con quienes asistieron al IV Congreso de la Vida Religiosa en Latinoamérica y el Caribe celebrado en Bogotá, la capital de Colombia. La reunión del 24 al 26 de noviembre en el recinto de la Universidad de La Salle se centró en cambiar las estructuras de la Iglesia y examinar la transición que enfrenta la vida consagrada. (Foto: GSR/cortesía CLAR)

Miembros de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) posan para una foto de grupo, el 26 de noviembre de 2023, con quienes asistieron al IV Congreso de la Vida Religiosa en Latinoamérica y el Caribe celebrado en Bogotá, la capital de Colombia. La reunión del 24 al 26 de noviembre en el recinto de la Universidad de La Salle se centró en cambiar las estructuras de la Iglesia y examinar la transición que enfrenta la vida consagrada. (Foto: GSR/cortesía CLAR)

A lo que el padre Gaitán acotó que eso significa, para los miembros de la vida consagrada, una revisión de estructuras que fueron útiles durante siglos, pero que tal vez ya no lo sean.

El 24 de noviembre, al dar la bienvenida a los participantes del congreso, la hermana Franco señaló que "nuestras estructuras están urgidas de renovación", porque "hay estructuras que asfixian y modos de proceder que niegan lo humano". A veces, en esas estructuras, "la persona no está en el centro y el eco del Evangelio se obnubila con nuestros legalismos y modos de proceder", añadió.

Franco aseveró que esas estructuras a veces producen entre sus miembros un fuerte sentimiento de fracaso que es desalentador, y en otros casos, su poder intrínseco se utiliza para controlar y encasillar. La necesidad de renovación también es evidente debido a lo que la religiosa denomina el "horror de nuestros abusos" [de las estructuras de la Iglesia], que han negado a otros la dignidad y disminuido la fe y la alegría.

En la misma tónica, la hermana benedictina Maricarmen Bracamontes dijo que cuando se trata de abusos de cualquier tipo, quienes no hacen nada se convierten en victimarios. En su intervención del 24 de noviembre abordó la necesidad de repensar las estructuras que han permitido que continúen los abusos.

Bracamontes reveló, a modo de ejemplo, cómo un grupo de hermanas a quienes se les encomendó la tarea de administrar un centro de escucha para posibles víctimas de abuso en una diócesis, presentó tres casos de abuso al obispo.

"Se cuidaba más al victimario que a la víctima, y como es el mismo, entre ellos mismos, entonces pues ahí se quedaban las cosas", expresó la religiosa benedictina sobre la falta de acción por parte del prelado.

Las hermanas renunciaron a sus cargos, relató Bracamontes, y agregó que hay la necesidad de repensar una estructura [en la Iglesia] que pone a un obispo que actúa como "padre" de los sacerdotes y también como "juez" en los casos de abuso que los involucran.

La Iglesia no puede aceptar silencio ni encubrimientos, sentenció.

"No es una cuestión negociable, y es importante perseguir la búsqueda de la verdad y el restablecimiento de la justicia en el seno de la comunidad eclesial", afirmó.

La hermana Liliana Franco estima que para lograr esa renovación de las estructuras es necesario contemplar a Jesús, estudiar su manera de ser, de servir, y de ejercer autoridad. La religiosa pidió a los integrantes de la CLAR practicar siete acciones que comienzan con la letra c —cuidado, contemplación, comunicación, celebración, creación, comunidad, y compasión— que tienen el poder para "moldearnos el corazón de manera nueva", expresó.

Una mujer posa con un despliegue de siete palabras que comienzan con la letra c en el campus de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia, el 24 de noviembre de 2023.

Una mujer posa con un despliegue de siete palabras que comienzan con la letra c en el campus de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia, el 24 de noviembre de 2023. La presidenta de la Confederación Latinoamericana de Religiosos, organizadora del IV Congreso de Vida Religiosa de Latinoamérica y el Caribe, del 24 al 26 de noviembre, dijo que practicar el cuidado, la contemplación, la comunicación, la celebración, la creación, la comunidad, y la compasión “tienen el poder para "moldearnos el corazón de manera nueva”, refiriéndose a aquellos en la vida consagrada. (Foto: GSR/Rhina Guidos)

Durante tres días, los participantes observaron cómo un pintor componía una obra de arte en una parte del escenario donde se llevaba a cabo la conferencia, mientras los presentadores hablaban sobre una de las siete palabras con la letra c.

La hermana Silvia Bautista observó al artista Jafeth Gómez Ledezma mientras este permanecía frente al lienzo en blanco. Cuando la hermana Dolores Palencia, superiora general de la Congregación de San José de Lyon, comenzó a hablar sobre la compasión y su trabajo con los migrantes, el pintor escuchó atentamente y seguidamente se puso a trabajar.

"Le va dando más vida, le va dedicando más tiempo. La dedicación de él al añadirle pintura; allí hay cuidado, delicadeza; él no tiene rapidez, él está detenido en lo que va a hacer, en que es lo que falta. Toma la pintura, tiene cuidado de tapar la pintura para que no se bote, y vuelve a poner el pincel donde piensa que va a sobresalir, y a poner la belleza", manifestó Bautista, una hermana de la Caridad del Cardenal Sancha a otros reunidos en un pequeño grupo. "Yo pienso que también nosotros debemos detenernos. A veces, nosotros vivimos de mucha prisa", puntualizó.

Como "artesanos del cuidado", los miembros de la vida consagrada deben seguir las prácticas del artista, agregó la hermana Bautista, para frenar, contemplar y descubrir cómo crear mejor algo hermoso.

Un grupo de hermanas participa en un ejercicio para abrazar los puntos en común, el 25 de noviembre de 2023, en el auditorio de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia. Más de 500 religiosos y religiosas, y algunos católicos laicos, asistieron del 24 al 26 de noviembre al IV Congreso de la Vida Religiosa en Latinoamericano y el Caribe para compartir experiencias de vida consagrada. (Foto: GSR/Rhina Guidos)

Un grupo de hermanas participa en un ejercicio para abrazar los puntos en común, el 25 de noviembre de 2023, en el auditorio de la Universidad de La Salle en Bogotá, Colombia. Más de 500 religiosos y religiosas, y algunos católicos laicos, asistieron del 24 al 26 de noviembre al IV Congreso de la Vida Religiosa en Latinoamericano y el Caribe para compartir experiencias de vida consagrada. (Foto: GSR/Rhina Guidos)

Este año, el evento contó con la participación de miembros de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas con sede en Estados Unidos y la secretaria ejecutiva de la Conferencia Religiosa Canadiense, quienes abordaron la disminución de las vocaciones y la reducción de las comunidades religiosas.

"En América del Norte, la realidad de la vida consagrada es muy particular", afirmó al grupo el padre canadiense Alain Ambeault, miembro de los Clérigos de San Viator, y añadió; "Después de décadas de notable crecimiento, vivimos un momento de desierto vocacional, y compartimos la convicción de que estamos en un tiempo de transición, que el Espíritu está actuando para hacer nacer otros modelos de vida consagrada que, según los valores, se adaptarán mejor a la realidad del mundo actual".

La hermana Teresa Maya, miembro de la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado en San Antonio, Texas (EE. UU.), y expresidenta de la Conferencia de Liderazgo de Mujeres Religiosas (LCWR, por sus siglas en inglés), dijo a los participantes en la sesión del 25 de noviembre que la vida consagrada está entrando en un cambio generacional, "un momento sin precedentes" que "será uno de los más difíciles en la historia de la vida consagrada".

Maya instó a las comunidades religiosas a sentirse cómodas con esos momentos de transición —independientemente de si están preparadas o no— porque se acercan; igualmente afirmó que mirar el pasado como una ‘edad de oro’ y crear ‘lagunas mentales’ de momentos menos estelares asfixia la vida consagrada, a la vez que exhortó a los miembros a no tener miedo de lo que está por venir.

Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha y un franciscano capuchino se reunieron en un grupo pequeño el 24 de noviembre de 2023 en el campus de la Universidad La Salle en Bogotá, Colombia, para hablar sobre sus experiencias en la vida consagrada, contemplando un cambio estructuras y formas de mejorar la vida comunitaria. (Foto: GSR/Rhina Guidos)

Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha y un franciscano capuchino se reunieron en un grupo pequeño el 24 de noviembre de 2023 en el campus de la Universidad La Salle en Bogotá, Colombia, para hablar sobre sus experiencias en la vida consagrada, contemplando un cambio estructuras y formas de mejorar la vida comunitaria. (Foto: GSR/Rhina Guidos)

La CLAR también acogió a un panel de jóvenes católicos que hablaron durante el congreso sobre lo que les gustaba y lo que no de la vida consagrada. Si bien elogiaron el trabajo de las religiosas y religiosos con los jóvenes, la vida desinteresada y sencilla que llevan, y la ayuda que brindaron durante el conflicto colombiano, también criticaron su rigidez, la prioridad que algunos miembros han dado a las reglas en lugar del bienestar de la persona, incluyendo miembros de la comunidad LGBTQ+, y el uso de metales preciosos como el oro para ceremonias religiosas sin pensar en el daño que su extracción puede haber causado a las personas y a la naturaleza.

La hermana Isabel Ramírez Haro, de las Misioneras Parroquiales del Niño Jesús de Praga del Perú, dijo que entendía y agradecía las críticas.

"Son críticas válidas", dijo a Global Sisters Report el 26 de noviembre. "El pobre hoy tiene otro rostro... Hay sujetos que no se sienten en casa en la Iglesia. Tengo muchos amigos, muchas amigas, que no se sienten como en casa en la Iglesia, porque se sienten expulsados, y son humanos y son hijos e hijas del mismo Dios. Lo mismo pasa con la racialización, la estigmatización racial. No somos ciudadanos en la Iglesia de primera o de segunda categoría. Nuestro bautismo nos hace ciudadanos de una misma Iglesia porque seguimos a un solo Señor, una sola fe, y un solo bautismo", puntualizó.

El encuentro finalizó con un Manifiesto de Cuidado que leyeron varios miembros de la CLAR, y que incluyó su compromiso de ser custodios de la comunión; el reconocimiento, con mucho dolor, de los pecados de abuso, incluyendo el sexual, el de poder y el de conciencia; el reconocimiento de la comodidad que puede encontrarse en las estructuras rígidas y autoritarias; la intención de crecer en compasión con los más vulnerables y "actuar como una verdadera Iglesia samaritana"; la voluntad de escuchar el grito de los migrantes, y de quienes no encuentran sentido a su existencia; el compromiso de cuidar a quienes padecen adicciones y de permanecer al lado de las víctimas cuyos derechos han sido vulnerados; y la promesa de cuidar la casa común, sumándose a otras organizaciones que quieran cuidar la Madre Tierra.

Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en inglés el 28 de noviembre de 2023. 

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